domingo, 25 de noviembre de 2007

KM 3600: NOUADHIBOU

No ha sido mal momento para encontrar la compañía de Christian y Jean Claude. 1000 km desde Laayoune en los que una gasolinera significa un oasis de comida, agua y sombra. Y no hay muchas, de modo que es importante sacar la calculadora a la hora de comprar el agua porque la siguiente nadie sabe donde esta.

Faro de Boujdour, el único pueblo en muchos muchos kilómetros.
Las montañas del Sahara


El asunto de la información es el problema. Sabiendo las distancias de antemano te puedes preparar, pero no hay ningún panel informativo (ni uno) y pronto aprendimos a no tomar como cierto ningún dato, ni del mapa (que marca rutas y pueblos que sencillamente no existen) ni de la gente (que generalmente no sabe pero contesta). Es desmoralizador pararse a preguntar a alguien y comprobar que su respuesta es completamente diferente a la respuesta anterior. Solo podemos saber donde está la próxima gasolinera unos 15 km antes de llegar, que es la distancia a la que se puede ver a simple vista resaltando sobre el horizonte plano.

Ejemplo de uno de los campamentos de estos días

 
Mi tienda, habitación y garaje para la bici.


También es buena la compañía cuando te encuentras con un grupo de perros, y tranquilizador estar con alguien francófono al atravesar los mil controles de la frontera marroquí con Mauritania. Con tanto control te parece que al final van a acabar sacándose una irregularidad de la manga y te van a fastidiar (hay policías que preguntan si la bici figura en el pasaporte y otros que piden hasta el seguro).
Las relaciones entre los dos países implicados en la frontera que cruzamos no parecen ser las mejores imaginables, cosa que salta a la vista al descubrir que ninguno de los dos países se ha molestado en construir carretera alguna entre los puestos fronterizos (unos 4 km). Hay muchos caminos trazados sobre la arena por los vehículos en su búsqueda de una ruta fácil para llegar al otro lado. Es un sitio poco acogedor, coches abandonados, montones de basura, arena en la que se clavan las ruedas de la bicicleta...no es Marruecos y no es Mauritania, y sobre nuestros mapas no existe (y por si alguien se lo está preguntando: No, no hay McDonals)



Después de todo Nouadhibou es un buen sitio para descansar, por la sencilla razón de que es UN SITIO.

Sesión de fotos en el puerto de pesca de Nouadhibou, en la que se pueden ver los restos de muchos barcos hundidos. Según Jean Claude el gobierno francés tubo el buen gesto de regalar a Mauritania toda una flota de barcos pesqueros, pero no se molestó en enseñar a los nuevos propietarios como manejarlos.
Estos son Jean Claude y Christian. Ambos de 62 años de edad.
(Este tipo de viajes hay que hacerlos ahora que somos jóvenes y fuertes...JA!)


Ellos vienen desde Bélgica y acabarán en Dakar. Tienen muy buen ritmo, son capaces de hacer 150 kilómetros en un día, lo cual es imposible para mucha gente de mi edad que yo conozco (no voy a dar nombres). Al acabar la ruta Jean Claude se desplazará al sur del país, lugar en que piensa grabar un documental con una familia a la que el ayudó con los trámites para hacer posible una intervención quirúrgica de uno de sus miembros (que finalmente salvo la vida).
Son un ejemplo de juventud, la gente se queda impresionada cuando se entera que vienen desde Bélgica en bici.
Y bueno, Jean Claude conoce bien Senegal, así que me dejaré aconsejar a la hora de decidir la ruta a seguir desde Dakar.

Y he aquí la grandiosa flota francesa

 

sábado, 24 de noviembre de 2007

KM 4120:NOUAKCHOTT

Después de tres días de descanso en Nouadhibou intentando por todos los medios encontrar algo que ver o hacer en esta ciudad decidimos que era la hora de empezar la aproximación a la capital. Es verdad que en Nouadhibou no hay grandes atracciones turísticas, pero te puedes recrear observando las diferencias que hay con respecto a Marruecos.
Muchos hombres visten grandes ropas holgadas y ondulantes de color azul y blanco, las mujeres no tienen reparos a la hora de saludarte y charlar contigo (cosa que en Marruecos pasaba muy rara vez, sobretodo en áreas rurales las mujeres solían mirar hacia otro lado cuando se les saludaba)...aquí los hombres no pasan el día mirando la calle desde las terrazas de los cafés o los salones de té...y también la forma de preparar y servir el té es diferente. Fuimos a cenar a un restaurante que nos mostró el vigilante del camping donde dormimos, y el dueño del restaurante en persona se sentó a nuestra mesa para prepararnos el té (por la ocasión especial). Tardó como veinte minutos para tres vasitos que bebimos en dos sorbos. Fue todo un espectáculo ver como llenaba los vasos, pasaba el té de vaso a vaso, volvía a echar el té dentro de la tetera, etcétera, etcétera...

Y por si no es suficiente hay oraciones matutinas, desde las seis de la mañana, desde todas direcciones y a todos los volúmenes.

Uno se da cuenta rápidamente que no tiene nada que temer aquí, ya sea de día, de noche, en la ciudad o en la carretera la sensación de peligro es nula. La gente es siempre muy amable y acogedora... Aunque por supuesto hay que estar alerta a la hora de preguntar los precios, la probabilidad de que te intenten timar es infinita, por lo que lo primero que he hecho es una pequeña lista mental con los precios de los productos que compro mas a menudo, como agua, pan, fruta... y en esto viajar con mis compañeros belgas es un punto añadido de dificultad, porque suelen conformarse muy rápido con el precio, lo que me obliga a intervenir muy a menudo con aire de indignado para recriminar al mauritano de turno semejante barbaridad de precio

20, 21, 22, 23, 24-11-2007: NOUADHIBOU-NOUAKCHOTT (unos 500 km en 4 días y medio)

Fue una bonita coincidencia que a unos 10 km de la ciudad, tanto al llegar como al partir nos cruzáramos con el famoso tren de mercancías que dicen es el más largo del mundo.




En los muchos kilómetros entre Nouadhibou y la capital no hay un solo pueblo, pero no ha sido muy difícil abastecerse, porque para nuestra sorpresa y alegría cada no demasiados kilómetros era posible encontrar grupos de tiendas de lona blanca o pequeñas casitas de madera y chapa donde podíamos descansar a la sombra, pedir que nos prepararan una comida o incluso dormir. Mis compañeros usaron en varias ocasiones las tiendas para pasar la noche, pues si era posible preferían un poco más de confort (cosas de la edad), pero yo me negaba a pagar un solo Ouguiya por dormir mientras tuviese mi tienda de campaña (también es verdad que por un mal cálculo solo tenía 4000 Ouguiya para los 5 días de trayecto (unos 12 euros). El tercer día dormimos entre las dunas a la luz de la Luna llena. se estaba tan bien que dormimos al aire libre con los sacos, mirando el cielo



Imagino que la gente de las tiendas junto a la carretera vive de dar comida y alojamiento a los camioneros y comerciantes que van y vienen entre las dos ciudades, porque aquí no hay nada de nada, y ni se puede cultivar ni se pueden tener animales pastando, de hecho a menudo no tienen ni pozo de agua, el agua se la tienen que traer de otro sitio. Y el turismo no es una fuente de ingreso con la que puedan contar, los únicos turistas que paran a dormir aquí son los que viajan en bicicleta, y porque no les queda más remedio.
En una de las tiendas de la ruta


Cada día que pasaba cubríamos una distancia de unos 100 km dirección sur, y claro, cada día hacía mas calor. Empezábamos antes de salir el Sol, en un momento perfecto para ir en bici. La carretera vacía, el viento a favor, la temperatura ideal tirando a fresca, y el Sol asomando por el horizonte, completamente plano a nuestra izquierda. La idea era avanzar hasta las once, y a partir de entonces aceptar cualquier lugar donde pudiesen hacernos algo de comer y donde poder tumbarse a descansar hasta las tres de la tarde, que es cuando el calor empieza a hacerse más soportable.





El quinto día, de detrás de una nube densa de polución y arena encontramos la ciudad de Nouaktchott. Hemos llegado sábado, lo que nos obliga a quedarnos hasta el martes, por el asunto de mi visado.(En la frontera me concedieron solo tres días de permiso, y espero que no me pongas grandes pegas por haber llegado a la renovación con una semana de retraso).

Nouackchott desde la cima de un edificio comercial de 10 plantas, que de una manera un poco cutre intenta emular los grandes centros comerciales occidentales. La gran mezquita es de lo mejor que ofrece la ciudad...y eso salta a la vista.




La playa de Nouakchott, que nos costó una hora de camino para llegar
(a veces hay que saber aceptar las ofertas de los taxistas)
 

viernes, 9 de noviembre de 2007

KM 2725: LAAYOUNE

2-11-2007: AGADIR-TIZNIT (97 km)
3-11-2007: TIZNIT-SIDI IFNI (79 km)

Había dos opciones desde Tiznit para llegar a Guelmin, y la más larga era a través de la carretera de la costa que pasa por Sidi Ifni. Me apetecía visitar Sidi Ifni, sobretodo porque ante la inminencia de la visita del Rey de España a Ceuta, el gobierno marroquí había puesto esta ciudad junto con Tarfaya(hace no mucho españolas) como el ejemplo a seguir para Ceuta y Melilla.
Los periódicos de estos días muestran el claro y manifiesto rechazo de Su Majestad Mohammed VI(que Alá le asista y guíe) por el indescriptible acto de provocación perpetrado por Juan Carlos al mancillar las ciudades expoliadas marroquíes de Ceuta y Melilla con su presencia.
Actos unánimes del pueblo marroquí a lo largo y ancho del Reino son la muestra del sentimiento de repulsa por la repugnante visita de los infieles monarcas españoles en el norte de Marruecos ocupado. Las ambiciones colonialistas españolas deben formar parte del pasado, y la ocupación debe terminar para que esas localidades regresen de una vez a la madre patria.
Además, como de mezquina es la provocación, que se lleva a cabo en los días en que se celebra el 32 aniversario de la Marcha Verde, glorioso acontecimiento que permitió la liberación de las "provincias del sur" (Sahara Occidental), y que sirve como ejemplo al mundo de un acto de paz en que no se produjo derramamiento de sangre. Viva su artífice Hassan II (Alá lo tenga en su gloria y perpetúe su generosa obra).

En Sidi Ifni hay una plaza redonda, llamada Hassan II (antes conocida como Plaza de España), en que hay un edificio en ruinas. Curiosamente lo que mejor se conserva del edificio es el escudo de España.
 
 Ahí está, ahí está viendo pasar el tiempo...

 
En paseo con vistas a la playa se abarrota de gente que mira el mar cuando se hace de noche.
La puesta de Sol es bonita desde aquí.


4-11-2007: SIDI IFNI-GUELMIM (58 km)

Día duro de duras montañas que me hacen pensar en la conveniencia de haberme desviado hacia la costa solo por ver un escudo.
Una vez sorteadas las montañas, que según el mapa son la prolongación del Anti Atlas, se descubre una llanura que, a primera vista, parece llegar hasta Senegal.

5-11-2007: GUELMIM-TAN TAN (132 km)
 
Llanuras sin fin, algunos camellos, matorral bajo, y ni un solo punto de sombra en 132 km.
Gracias a que estamos en noviembre y a que sopla un viento fresco no hace mucho calor hasta las once y media o doce. Es soportable, pero esto va a ir a más a medida que me mueva hacia el sur.
En Tan Tan he comprado un paraguas enorme, casi como una sombrilla, de modo que cuando quiera descansar del Sol pueda hacerlo independientemente de si un camello me permite colocarme bajo su panza o no.
Camellos a la entrada de Tan Tan

6-11-2007: TAN TAN-SIDI AKHFENNIR (115 km)

Yo pensaba que no habría sitios para descansar en los 220 km de Tan Tan a Tarfaya, así que cargué la bici con un montón de comida y agua. En el momento en que los tornillos que fijan el caballete al cuadro de la bici se partieron por la mitad supe que ese era el límite de peso que podía llevar.
El otro día, en Sidi Ifni, conocí a un tipo que me preguntó si no había tenido problemas con los perros que suelen morder a los ciclistas,"hasta ahora no"...hasta ahora.
A lo largo de la costa, cuando la carretera pasa muy cerca del mar, hay casitas de pescadores construidas con plásticos, cartones, tiendas de campaña, telas...y muchas de ellas suelen estar bien guardadas por un poco hospitalario perro. Primero me descubre a lo lejos y se queda de pie mirándome, a medida que me acerco empieza a ladrar cada ver con más fuerza, y finalmente cuando estoy junto a la casa se lanza hacia mi con las peores intenciones.
Eso me obliga a acelerar el ritmo para dejarle correr tras de mi hasta que se canse, pero algún día encontraré uno que corra más que yo y me tocará sacar el paraguas para atravesarlo con una estocada torera.
Al final había un sitio antes Tarfaya, Sidi Akhfennir, donde en su calle principal (o calle única) se puede uno quedar en el hotel Atlas, cuyas habitaciones tienen luz desde las 7 de la tarde hasta las 10 de la noche.

Las primeras dunas


7-11-2007: SIDI AKHFENNIR-TARFAYA (105 km)







En Tarfaya no hay mucho que ver, pero no te puedes aburrir. Mucha gente aquí habla español y ha estado en las Canarias, y cuando ven a un español quieren conocerle. Me he pasado el día charlando con todo el mundo, he recibido ofertas varias, desde cenar con la familia hasta casarme con la hija(¡gratis!)..."no gracias, no me cabe en las alforjas, ¿no la tendrá mas pequeña?"
Algunos de ellos se han presentado como saharauis...y el dueño del hotel (muy simpático) se ha enfadado conmigo (solo un momento) porque he dicho que Ceuta y Melilla son españolas. Antes fue militar, y está retirado, y ahora debe seguir trabajando porque aquí no hay pensión de jubilado. Vaya, vaya, si Tarfaya aún fuese español tendría su paga.

Vista de la calle desde la ventanita de mi habitación/zulo.


8-11-2007: TARFAYA-LAAYOUNE (105 km)



Como no hay pueblos importantes después de aquí (excepto Dahkla, a donde no creo que me desvíe) y en Mauritania no hay cajeros automáticos, tenía que conseguir euros para llegar hasta Senegal. Solo un sitio vende euros, el Banco de Magreb, pero se han negado a vendérmelos porque no puedo justificar de donde he sacado los Dirhams que les llevo. Si cuando el cajero me preguntó si quería el ticket hubiese dicho "SÍ" me habría ahorrado este problema. Tras un día entero de indagaciones he conseguido 250 euros a través de un amigo del chico que trabaja en la recepción del hotel, que casualmente trabaja en un banco. Transacción en negro en el interior de mi cuarto, sobres en ambas direcciones y aquí no ha pasado nada.
Creo que tengo dinero suficiente para llegar a Senegal, ya solo queda el problema del visado de Mauritania, que no podre conseguir en la frontera, sino en la capital, lugar al que no puedo llegar con los tres días de permiso que conceden en Nouadhibou...pero eso está aún a 1000 kilómetros de distancia, así que ya estoy listo para seguir.
Esta mañana, con la bici cargada, dispuesto a comerme el mundo y ya atravesando la puerta del hotel me encuentro con dos belgas. Me preguntan adonde voy y por donde. Me dicen que ellos también y también en bici. Al final me quedo un día mas en Laayoune, y mañana salimos los tres juntos hacia Senegal. Estas cosas a veces pasan.


 

jueves, 1 de noviembre de 2007

KM 2040: AGADIR

25-10-2007:EL-JADIDA-OUALIDIA (85 km)

Imagino que habrá muchas más, pero aquí he visto mi primera puesta de sol del viaje. En una playa muy bonita. Y al ponerse el sol por el Oeste justo aparecía la luna por el Este. Luna llena, como el primer día. Esto significa dos cosas: 1-Hace ya un mes lunar que empecé, y 2-El plano de la órbita de la luna con la tierra esta inclinado respecto del plano de la órbita de la tierra con el Sol, porque sino habría habido un eclipse (y me habría dado cuenta).



26-10-2007: OUALIDIA-SAFI (59 km)
27-10-2007: SAFI-ESSAOUIRA (140 km)

A unos 27 km de Safi esta Sebt-de-Gzoula, es solo un punto en el mapa, pero debía de ser su día grande porque todo el pueblo era una feria. Con mucha gente, muchos puestos de todo tipo y muchos caballos siendo arreglados y preparados para las carreras. Un caos difícil de cruzar, pero sobretodo una sorpresa inesperada que me alegró el día cuando se me antojaba muy largo y difícil desde el principio (¡140 km!).





Además hoy es el primer día que veo camellos tirando de arados o comiendo de los árboles, y las palmeras también se empiezan a dejar ver (fuera de las avenidas de las ciudades). Siento que algo se acerca.
Este es un gran sitio para ir en bicicleta. Es difícil parar y no encontrar a alguien con quien hablar. También hay quien te habla desde otra bici o desde una de tantas ruinosas mobilette cargadas como un camión (he adelantado a muchas de ellas). Y luego están los jóvenes que al verte se ponen a tu altura con su bicicleta y te incitan a competir, cosa que yo ni quiero ni puedo dejar de hacer, aunque acabe con mis fuerzas.
Gente muy simpática, como cuando encontré una tienda cerca de Talmest. No veía donde estaba el dueño, pero le oía gritarme para hacerse ver. Varios gritos después di con él cagando tras una pared.."bonjour monsieur"...me quedé media hora hablando (después de que terminara con lo suyo), y al final rellenó mis botellas con agua sacada de un agujero en el suelo (no sabia si decir "merci" o "¡No!").
En Essaouira, una vez que había llegado y me había acomodado en mi alojamiento encontré a un tipo con una bicicleta y un extraño carro que tenía pinta de no saber muy bien lo que estaba buscando. Así que fui a hablar con él por si le podía ayudar.
Es francés y se llama Tomas, y su recorrido va de Tanger a Agadir, ciudad donde un amigo suyo lo llevará en su 4x4 hasta Burkina Faso. Tubo la ocurrencia de comprar un carro diseñado para conectarse al eje de la rueda trasera y pasear a los niños, pero en lugar de pasear a los niños lo ha llenado con mas de 45 kilos de cosas y se lo ha traído a Marruecos. Ahí dentro tiene todo lo que se puede necesitar para vivir. Y bueno, como nuestros caminos convergen hasta Agadir vamos juntos.




28, 29, 30-10-2007: ESSAOUIRA-AGADIR (184 km en 3 días)

Con Tomas y su carro tuve que aprender a ir a otro ritmo, porque con tanto peso las cuestas se hacen más difíciles y la velocidad se reduce. Una vez me dejó probar su bicicleta y casi no puedo creer que haya conseguido llegar hasta aquí con ese trasto. Pero la velocidad no era algo importante, habiendo cargado suficiente comida y agua y teniendo las tiendas no necesitábamos llegar a ninguna parte. Cuando se hacía de noche buscábamos el sitio adecuado, apartado de la gente y montábamos el pequeño campamento. Mientras yo iba a buscar leña y reparaba sus pinchazos (4 ruedas pinchan más que 2) el preparaba el té y el tajín.
Ha sido un buen compañero.
 
Parada para la comida


Animales y plantas curiosos.

 

 
El tajín de Tomas


Invento de Tomas para aprovechar el fuerte viento de esa tarde. 


Gente generosa que nos da agua para pasar la noche.

El campamento en la base de una pequeña duna que nos protege del viento.


Desde Agadir sigo solo. Descanso unos días, busco algunas nuevas cosas que voy a necesitar a partir de ahora (pues el paisaje va a cambiar bastante) y salgo disparado con la idea de no parar hasta Laayoune, la gran ciudad del Sahara Occidental.
Por cierto Agadir es un sitio tranquilo y adecuado para descansar donde uno se siente casi como en casa (no es muy diferente) y la playa esta bastante bien. Pero eso sí, podría haber un terremoto que acabara con todo lo demás y la humanidad no tendría motivos para disgustarse.